![]() | 44 TIOS 1 SEMANA
El siguiente relato está basado en un hecho real. Describe como transcurre la semana de uno de nuestros amigos de la web con todas sus experiencias en el mundo cruising. Dicha semana ha sido más tranquila de lo normal ya que no se han tenido orgías ni sexo multitudinario, aún así, en dicha semana folla con 44 tios. |
Día 1: Lunes |
Un lunes más, es hora de levantarse temprano para ir al puto curro. A las seis y media en punto el jodido despertador con su desagradable ruido me sobresalta. Con un acto reflejo, casi mecánico, extiendo el brazo y consigo detener ese sonido tan abobinable. Tras el sobresalto inicial, me relajo y disfruto unos segundos de la temperatura tan agradable que desprende mi cama por las mañanas.
Me tumbo boca arriba, y sin sacar las manos de las sábanas, me subo la parte de arriba del pijama hasta dejarlo por encima del ombligo. Seguidamente con la mano izquierda me agarro el borde del pantalón y los slips, y los extiendo por debajo de mis cojones para, con la mano derecha, agarrarme mi preciado nabo y comenzar el primer pajote del día.
Pienso en los mejores polvos del fin de semana y poco a poco mi rabo se va poniendo tieso. Sigo pelándomela lentamente disfrutando del momento, es sin duda la mejor paja del día. Llegado el punto más empalmado es momento de frotar duramente y a mayor velocidad hasta conseguir vaciar las pelotas escupiendo el lefote sobre mi abdomen.
Me quedo unos minutos descansando, mirando al techo y sin mirar nada, al borde de caer dormido. Pero inevitablemente hay que levantarse. Salgo de la cama y me desnudo con el lefote aún pringando mi abdomen para comenzar a vestirme. Me dirijo al baño, echo una meada, me aseo, me peino, me termino de arreglar frente al espejo y cojo las llaves y la cartera para terminar saliendo de casa.
Me monto en el coche, me dirijo al curro conduciendo en un estado casi zombie, hasta llegar como todas las mañanas a esta hora, al mismo atasco en la SE-30. Pongo la radio para no encabronarme, y con el tiempo justo llego al trabajo.
Saludo a mis compañeros, con un estado de ánimo como si a la cámara de gas nos llevaran, entramos a los vestuarios, nos ponemos el sucio mono y del tirón a la nave a currar.
Vigilando la puta cadena de montaje para que no tenga atascos o averías inesperadas llego hasta las doce de la mañana. A esa hora suena una estruendosa sirena, y los pringados de turno nos dirigimos al salón comedor para desayunar. Hoy toca un puto bocadillo de chorizo del Día, el más barato, el más salado, el más seco, pero es lo que hay.
Termino de desayunar y aún me sobra tiempo, así que me voy al servicio a tocarme literalmente la polla un rato hasta que llegue la hora de volver a mi puesto. Me bajo la cremayera, me saco la polla, y me siento en el sucio bater. Con las manos aún oliendo a chorizo, comienzo a tocarme la polla, empezando con el pellejo de arriba a abajo, con los oídos afinados para escuchar cualquier sonido que consiga excitarme en los báteres de anexos: el sonido de una meada, mierda cayendo al bater o un simple pedaco de tio.
Se me va poniendo dura, y en ese momento me llega una mezcla de olor a meado, requesón y chorizo que me la termina de poner totalmente dura. Sigo pajeándome con la polla como una piedra hasta que me viene la corrida. En ese momento noto como se me cierra de golpe el ojete y me pongo de pie, para terminar soltando la leche sobre la puerta del bater, dejándola bien pringada.
Observo como queda la lefa pegada a la puerta, ni siquiera resvala, es bien espesa. Me guardo la polla en el pantalón y me subo la cremayera para rematar lo que queda de día currando.
Por fin llegan las cuatro de la tarde, es hora de largarse. De forma inversa a la de esta mañana, me dirijo al vestuario, me cambio de ropa y charlando con un par de compañeros nos vamos al aparcamiento donde tenemos nuestros coches para, despedirnos hasta mañana.
De camino a casa sin esperarlo, un estímulo inesperado llega a mi cerebro, no sé por qué pero me pongo caliente. Intentando no caer en la tentación me intento convencer que ahora no es el momento, pero termino cambiado de dirección para dirijirme a la raya a follarme lo que sea.
Con un ímpetu que solo me atrapa cuando estoy salido, voy lo más rápido posible hasta la raya. Entro y me cruzo con varios coches: viejos, solo viejos. Conduzco hasta el final, hasta Isla de Tercia esperando encontrar algo, lo que sea, menos viejos. Llego a la zona de los arbustos y veo cuatro coches aparcados, parece que voy a tener algo de suerte, todos no pueden ser viejos.
Aparco y me adentro a pie entre los arbustos, al principio no veo a nadie, pero en el árbol del final del camino observo movimiento, camino hasta allí tocándome la polla morcillona sobre el pantalón y cuando llego veo a dos notas dándose por culo, los dos me miran pero siguen follando, parece que no molesto, así que me acerco más.
Me pongo junto al que está de pie follándose al otro y nos comemos las bocas mientras él sigue follándose al pasivo. Me saco la polla del pantalón y casi empalmado se la meto por la boca al pasivo que estaba en pompa, comienza a mamarme pero termino jodiéndole la boca bien fuerte sujetándole la cabeza como un melón, mientras nos miramos sonriendo yo y el otro anónimo activo.
Al momento me turno con el activo que se está follando al pasivazo este, y ahora soy yo el que le da por el culo, se la meto babeada con su propia saliva, y con lo abierto que está joder, le ha entrado del tirón.
En pocos minutos, llega otro nota, al principio no se acerca demasiado, observa, pero termina animándose y participando. Se saca la polla y no me puedo resistir, me agacho a mamársela. Sin apenas darme cuenta se le pone dura y me folla la boca lentamente.
Ninguno hablamos, en el más absoluto silencio cuatro desconocidos follando a cada cuál con mayor prisa deseando no ser el último en correrse para terminar a solas. Cuando menos me lo espero, el tio que me estaba follando la boca comienza a correrse, sin avisar, solo noto como se me va llenando la boca de semen, empiezo a notar su sabor, y me lo trago entero. Remato mi pajote y me corro de rodillas mientras el tio al que se la he mamado se retira para que no lo salpique y se va subiendo la cremayera para largarse.
Yo también me levanto y de camino al coche me voy remetiendo la camisa y subiendo la cremayera. Una vez llego al coche, arranco y salgo rápidamente de la raya como intentando borrar cualquier rastro de haber estado allí, pero con el aliento a pura lefa.
Al llegar a casa, almuerzo y en la sobremesa me tumbo en el sofá un rato hasta que me entre sueño para ir a dormir la siesta. Me pongo un partido de fútbol en la tele y me hago un buen pajote viendo a tios sudados en pantalón corto. Lo que más me pone son las lesiones, cuando dos se dan una buena ostia persiguiendo el balón y terminan en el suelo con las caras desencajadas de dolor y las rodillas hacia arriba. Para cogerlos en ese momento y darles por el culo hasta reventarlos. Una vez más me corro sobre mi abdomen y pringado de lefa me meto en la cama un rato a pegarme una buena siesta.
Al despertar, me hago una pajilla rápida antes de salir de la cama. Meriendo algo y enciendo el ordenador para meterme en el chat a ver qué tal está la cosa hoy en ese lamentable chat de Chueca. Como siempre pajilleros buscando mamadas o pajas, viejos, gordos, gente de pueblo, gente buscando para otro día, y cualquier otra historia que no encaja con lo que busco ahora. Tras una hora y media doy con un nota que aparentemente busca un polvo sin rodeos y además dispone de sitio, así que sin pensarlo, y tras haberle echado un vistazo en foto por Messenger me visto y me dirijo a su casa.
No es nada del otro mundo, del montón tirando hacia bajo. Pero bueno, necesito descargar así que echamos un polvete que al menos fue morboso. Comenzamos lamiéndonos los culos, metiéndonos poper y cuando nos dimos cuenta ya nos estábamos jodiendo los ojetes a pelo. Ambos éramos versátiles, así que terminamos con los ojales bien abiertos, aunque solo él se llevo el lefote dentro. Yo una vez que me corro paso de cerdadas. Así que tuvo que rematarse él el calentón con un simple pajote.
Con una conversación algo forzada intentando agradar, nos vestimos, y nos proponemos volver a quedar en otra ocasión puesto que ya tenemos los móviles, de esa forma me largo de camino a casa.
Al llegar me preparo la cena y cuando aún no he terminado de cenar, me llama al móvil un follamigo por si me apetece echar un polvete, así que como no me dejó del todo convencido el polvo de esta tarde le digo que se venga a casa en una hora.
Termino de cenar y me lavo la polla en el lavabo, para recibir limpio a mi colega, puesto que el cerdo de esta tarde me la ha dejado algo llena mierda. Del tirón nos metemos al dormitorio y a follar como dos cabrones. Cuarenta minutos de polvo, como si fuera el primero del día para terminar corriéndose en mi boca y yo en su pecho.
Nos quedamos un rato tumbados en la cama charlando contándonos los últimos polvos más morbosos. Le digo que si se quiere dar una ducha, pero decide largarse, que ya se nos ha hecho algo tarde. El resto de la noche me quedo en el sofá viendo la tele un rato hasta que me va entrando la soñera y me voy a la cama a dormir que lamentablemente mañana hay que volver a currar.
Día 2: Martes |
De repente me despierto en mitad de la noche, todo está oscuro y aún no ha amanecido. No tengo ni idea de qué hora puede ser o si faltan pocos minutos para que sea la hora de levantarse, así que enciendo la luz para poder ver el reloj. Son las seis menos veinte de la mañana y hasta las seis y media no tengo que levantarme para ir al curro.
Para una hora no me compensa volverme a quedar dormirdo, se me pasa por la cabeza salir a la raya a pillar algo, y antes de siquiera analizarlo salto de la cama y comienzo a vestirme para no perder un minuto más.
Tengo menos de una hora para llegar a la raya, follar un rato y dirigirme al curro, así que no hay tiempo que perder, ni siquiera meo, ni me aseo, me visto y bajo al coche.
La calle está solitaria y voy conduciendo saltándome los semáforos muy excitado para no perder un solo segundo. Me toco el paquete cuando tengo algo de tiempo mientras conduzco pero ni siquiera empalmo debido a la excitación del momento.
Por fin llego a la raya, entro desde la glorieta de RTVA y conforme voy bajando la pendiente me quito el cinturón de seguridad, me bajo la cremayera del pantalón y me saco la polla, todo mientras conduzco.
Llego a la zona arbolada de Isla de Tercia y no hay absolutamente nada, es muy mala hora, demasiado temprano, parece que aún no han salido de cruising la gente que viene antes de entrar a currar, así que me dirijo por la carretera de la raya hasta la zona del botellódromo.
Al llegar al a zona de los bloques de hormigón observo al menos seis coches dando vuelta con las luces encendidas. Bingo, parece que al menos me correré con alguien. Me cruzo con el primer coche, y un viejo; avanzo hasta el siguiente, y otro viejo. Al llegar al tercer coche apenas veo el rostro de quién conduce, pero no me parece viejo, pongo el pie sobre el pedal del freno para hacerle señales, y en ese momento ese individuo da media vuelta y me sigue.
Nos paramos unos metros más adelante alejado del resto de coches. Yo paro y apago las luces, observo por el retrovisor y él aparca detrás de mi coche apagando las luces también. Observándolo por mi retrovisor no consigo distinguirlo a través de su parabrisas, demasiada oscuridad.
Tras unos segundos de incertidumbre, decido abrir la puerta y reclinar un poco mi asiento y esperar a que tome la decisión de llegar a mi altura. Al momento oigo su puerta abrirse y cerrarla de un portazo, oigo pasos fuera y veo una silueta a mi izquierda, está ahí de pie mirando como me pajeo.
Lo miro a la cara y es un cuarentón la verdad que morboso, mejor de lo esperado, me incorporo un poco y le agarro el paquete que ya lo tiene duro. Le bajo la cremayera le saco el nabo, es bastante gordo y no duro en exceso. Creo que no valdrá para follar pero al menos me voy a dar un buen lote mamando.
Salgo del coche y me arrodillo, pongo mis rodillas sobre sus pies y comienzo a mamarle la polla. Se ve que ayer no se duchó, su paquete desprende un olor a meado y polla caliente riquísimo que me hace mamar más afondo intentando tragárme toda la polla hasta sus huevos, pero es imposible debido a su tamaño.
Cuando ya llevo un rato mamando, me aparta con la mano la cabeza y noto que se intenta girar un poco. Intuyo que se va a correr y que quiere soltar la corrida libremente al suelo, pero reacciono a tiempo y sin levantarme lo agarro rápidamente del culo y sigo mamando mientras él me intenta apartar la cabeza. Al final se da por vencido y noto como se va corriendo dentro de mi boca. Yo sigo de rodillas pajeándome con su leche en la boca la cuál me trago, mientras él se mete su polla en el pantalón y subiéndose la cremayera se dirije a su coche para largarse.
Al levantarme para meterme en el coche me doy cuenta que ya había alrededor nuestra dos coches más parados con los tios mirando. Así que arranco y doy otra vueltecita. Me cruzo con un tio que va en moto, no lo distingo bien puesto que lleva el casco, pero no parece viejo y, además lleva pantalón y botas de curro, cosa que me da tela de morbo.
Tras unos quiebros yo con mi coche y él con su moto, llegamos un lugar tranquilo y de igual forma, yo paro el motor de mi coche y apago las luces. Y el motorista desconocido aparca detrás mía.
Esta vez me bajo del coche y me pongo de pie tumbado sobre éste a tocarme la polla mientras el individuo camina quitándose el casco hacia mi. Lo miro, y tiene más o menos mi edad. Comenzamos a pajearnos mutuamente, en esta ocasión ambos con los nabos bien duros. Sin decir una sola palabra me doy la vuelta y me pongo en pompa con los brazos sobre el asiento de mi coche, para que disponga de mi culo como le plazca.
Empieza a tocarme con sus frías manos el culo y la polla, y cuando me doy cuenta me frota con su rabo mi ojete de arriba abajo, lentamente lo va metiendo por mi ojete, está algo seco, así que me echo un salivazo en la mano y me lo humedezco para que me entre mejor su polla. Sigue empujando y cuando me doy cuenta está dentro entera.
Sigue metiéndome su polla con todo el gusto que da ello, un buen rato, cuando miro hacia atrás para ver cómo disfruta me llevo la sorpresa de que ya hay otro tio junto a él mirándonos y pajeándose, le miro la polla y no está mal. Con un poco de suerte también me meteré esa.
Yo en pompa sin moverme, recibo polla sin parar por el culo hasta que el tio decide rematar la faena y me susurra al oido: "me voy a correr", con lo que yo le contesto: "échalo dentro". Sin sacarla me suelta todo el lefazo bien dentro del culo, mientras sigue dando las últimas envestidas agarrándome de la cintura bien fuerte, va parando poco a poco hasta que la saca, se la guarda en el pantalón y se vuelve hacia su moto.
Me doy la vuelta y comienzo a mamársela al segundo tio, ya la tenía dura un buen pollon torcido hacia abajo difícil de mamar. Sin mediar palabra me vuelvo a poner en pompa en el asiento de mi coche, y guío su polla con mi mano hasta mi ojete. Como que no quiere la cosa va entrando hasta clavarla entera. Esta es de las pollas que duelen, pero tengo el culo tan dilatado por la corrida que me acaban de meter, que me entra sin problemas.
No hay nada mejor que te den por el culo apelo con un corridón ya anterior dentro, joder. Por el ritmo del bombeo empiezo a observar que parece que se va a correr o se está corriendo, así que aguanto todo lo posible hasta que se corre y de igual forma se larga.
Rápidamente me pongo de pie, me toco el ojete y lo tengo todo pringado de una mezcla de leche con un toque de mierda, un verdadero gustazo.
Miro el reloj y se me ha hecho algo tarde, tengo que ir al currelo pero ya, no hay tiempo para más sexo por el momento, así que al final me hago pajote yo solo a toda leche y me largo.
Llego al curro a tiempo por los pelos y el resto de la mañana lo hecho en mi puesto de trabajo como todos los días. A las cuatro de la tarde me dirijo a casa, me preparo algo de comer y me acuesto la siesta un rato.
Cuando me levanto, meriendo y me voy al gimnasio. Me cambio en los vestuarios y me dirijo a la zona de máquinas a hacer algo de pesas, hoy toca pectorales y biceps así que saldré bien petao con los brazacos hinchados. Haciendo series y repeticiones de distintas máquinas paso un par de horas hasta que ya es hora de irse a dar una ducha.
Llego a los vestuarios y dejo toda la ropa sudada en la taquilla, me voy con una toalla al pasillo de duchas. Hecho un vistazo a ver qué hay de provecho pero poca cosa hasta que llego a la penúltima ducha y hay un nota dándose una ducha. Está tela buenorro: moreno, velludo y enjabonado. Yo me coloco en la ducha de enfrente. Estas duchas del Sato Sport son perfectas, un pasillo de duchas y sin puertas, ideal para mirar al maromo de enfrente o hacerse una paja si me doy la vuelta y me pongo mirando a la pared.
Empiezo a remojarme y enjabonarme pero no puedo dejar de mirar al nota de enfrente, joder que morbo esos pelos del culo y las piernacas mojaditos, todos pegados hacia abajo, le pasaba la lengua por ahí. Observo con disimulo porque aún no sé si le va el rollo, pero ya no puedo evitar que se me vaya poniendo morcillona, lo que más me mola es su culo y piernas, musculadas, peludas y mojadas.
Miro hacia su espalda y cabeza, y está totalmente de espaldas a mi, ha dejado de lavarse. Me parece intuir que me está mirando a través del reflejo de los azulejos pero no estoy seguro. Sigo lavándome como que no quiere la cosa pero sigo mirándolo. Noto como que empieza a lavarse la polla repetidas veces y con disimulo se da la vuelta para que yo lo vea. Tiene el rabo morcillón.
Cogemos las toallas y tapándonos los rabos duros nos vamos a la sauna. Está oscura y hace mucho calor, pero comenzamos a pajearnos mutuamente. No tiene un gran nabo, pero el nota está tela de bueno. Mientras él mira hacia la puerta por si viene alguien yo comienzo a mamársela. El ni siquiera me toca, está sentado con la espalda apoyada en la pared vigilando a la puerta por si se acerca alguien, y yo ahí entre sus piernas mamando polla. De repente, me agarra la cabeza para sacarme su polla de mi boca y hace el intento de pajearse, pero yo se lo impido y sigo mamando, la corrida no tardaría en llegar a mi boca. tardaría en llegar a mi boca.